Sí, sí... no es joda... A mamá y a mí, la pediatra nos mandó a hacer un curso de teta.
A esta altura ya viene a ser un post-grado si tenemos en cuenta nuestra asistencia a la charla de lactancia del curso de pre-parto y las prácticas de puericultura durante la internación.
Resulta que mamá me acusó de querer tomar la teta todo el día sin parar y ponerme a llorar como loca si no me hacía caso. Entre nosotros... es verdad... pero la muy turra no tenía por qué botonearme con la pediatra.
La metodología puesta en práctica consiste, entre otras cosas, en:
- Procurar que la madre se encuentre en una postura cómoda y relajada mientras sostiene un bebé de más de 4 kg con un brazo, aprieta su teta con 4 dedos por debajo y uno por encima, eleva las rodillas lo suficiente para colocar al bebé "panza con panza" y que su cabecita no rote respecto de su cuerpo, ejerce suficiente fuerza en los biceps para que la boca del bebé no se aparte del objeto de deseo y, finalmente, contrae los glúteos firmemente para no perder el equilibrio.
- Asegurar una frecuencia mínima de 1 eructo cada 5 minutos por parte del bebé.
Ya sé que van a decir: "Antes no había tantas vueltas y los bebés comían"... pero debemos reconocer que el curso nos ha hecho ganar mucha eficiencia en el proceso alimenticio... y ahora, por fin, duermo como un bebé.
Aquí va una foto con mi primer vestido. Las fotos que grafican la metodología de la teta se las debo por cuestiones de pudor de mi madre.